La pena por soleá
Pena, pena, pena, ¡ay, qué pena!
Las penas no se reparten, (bis)
que solo y con media pena
no se va a ninguna parte.
¡Ay, esta guitarra, plaza sonora de mi dolor!
La prima le quiere dar un capotazo al bordón,
porque el bordón, como un toro del sentimiento mayor
va repartiendo profunda cornada al corazón.
De tu cárcel de seis rejas,
sal si puedes, soleá,
para ver si puedes darle
compañía a mi soledad.
A tu puerta está llamando
un río de agua y de pena,
ábrele, guitarra, y dile
cómo se matan las penas. (bis)
Y tú, despierta, despierta,
y ponte a considerar
si tiene remedio el llanto,
cantando por soleá. (bis)
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