Tras anunciar su boda con José Ortega Cano para el próximo 17 de febrero en Castilblanco de los Arroyos, Rocío Jurado ha desvelado en el programa «Protagonistas», que dirige Luis del Olmo, algunos secretos de la misma hasta ahora desconocidos.
—¿Qué sacerdote va a oficiar la boda?
—Va a ser una Misa concelebrada con tres sacerdotes, el párroco de Castilblanco y otro de Cartagena.
—¿Los padrinos son inamovibles?
—Son inamovibles, mi hermano Amador y la madre de José.
—¿Por qué no adelantas más cosas de la boda?
—Siempre me han gustado las sorpresitas, como a todos los artistas.
—¿Serán cuatro mil invitados?
—De cuatro mil, nada. Nos gustaría, pero todo el mundo no puede estar. Cuatro mil son los habitantes de Castilblanco.
—¿Cómo es la gente de Castilblanco?
—Maravillosa.
—¿A cuántos kilómetros esta de Sevilla?
—A treinta y ocho, y por buena carretera.
—¿Tienes ya el vestido?
—Tengo tres para elegir, pero no voy a adelantar nada. Como sabéis, tengo un problema de alergia, y según esté ese día me pondré uno u otro.
—¿Por qué Castilblanco para casaros?
—Me parece un sitio fantástico para casarme, un pueblo de la sierra fantástico, precioso, de esos pueblos blancos andaluces que se ven desde la carretera.
—¿Viviréis ahí todo el año?
—Parte. José lo necesita para su profesión, las tientas, etcétera. Antes lo hacía en fincas de amigos y ahora lo hará en la suya.
—¿Quien, dará el almuerzo?
—Hay varias ofertas y hay hasta quien lo regala por estar con nosotros ese día.
—¿Por qué habéis puesto en el comunicado «Si Dios quiere»?
—Porque el hombre propone y Dios dispone. En la vida se hacen muchos planes y luego viene Dios y dice la última palabra. Como en eso creemos mucho los dos, por eso hemos puesto en el comunicado «Si Dios quiere».
—¿Invitaréis al presidente de la Junta de Andalucía?
—Sí, como amigo.
—¿Y al presidente del Gobierno?
—Sí, Felipe González también es amigo.
—¿Y a la infanta Elena?
—La Familia Real ya está invitada. La infanta Elena es encantadora. Cuando conocí a la Reina Fabiola me sobrecogió por su increíble paz y ternura, pues cuando estoy con la infanta me sucede igual.
—¿De qué hablaste con doña Elena en el descanso del partido contra la droga?
—De la boda un poco, pero de lo que más hablamos fue de la droga.
