Ya está completamente recuperada Rocío Jurado de su intoxicación por ostras ocurrida en las fiestas navideñas, y si no han surgido imprevistos a estas horas se encontrará en Miami, o a punto de viajar hasta allí, para pasarse un mes descansando por consejo del doctor Alejandro Domingo, su médico particular.
—Las ostras me las mandaron de regalo —afirma Rocío— y no fui yo sola quien se intoxicó, sino también el padre de Pedro, mi marido, y la misma persona que me mandó esas ostras.
—¿Qué recomendaciones te ha mandado tu médico para que ese amago de angina de pecho (que fue lo que tuvo, aparte de la intoxicación) no se vuelva a repetir?
—Me ha pedido que modere mis impulsos en las actuaciones, que no me entregue tanto, y que no fume. Y sobre todo que me cuide mucho.
Rocío estará en Miami un mes, luego volverá a Madrid para preparar un disco con temas de Manuel Alejandro y, posteriormente, regresará a América para efectuar una gira hasta el mes de junio.
—Pero, según mi médico, deberé descansar unos días entre las actuaciones de un país y otro. No debo actuar muy seguido si no quiero que me vuelva a pasar lo de ahora.
No comprende la artista el que algunos hayan dicho que lo que realmente le ha ocurrido haya sido los síntomas de un próximo alumbramiento de un nuevo hijo, y afirmó lo siguiente: «Ni estoy embarazada ni puedo estarlo por el momento. Pero posiblemente estaré embarazada en verano, eso es lo que deseamos Pedro y yo. Pero Dios tiene la palabra en ese sentido».
En ese momento aparece la hija de ambos, Rocío, que acaba de llegar del colegio, pero que no quiso aparecer en las fotos porque venía algo enferma.
—Claro que me gustaría tener otro hermano —confesó la cría (siete años cumplirá en el mes de abril)—, sobre todo una hermanita, pero mis padres no la encargan a la cigüeña.
—¿Te gustaría ser artista de mayor?
—No, yo quiero ser trapecista.
Interviene entonces Rocío madre para decir que «lo que le ocurre a la niña es que siempre se está quejando de tener que ir al colegio todos los días. Y yo le contesto que entonces la enseñaré a hacer bien todas las labores de la casa, pero me dice que eso también es muy aburrido. Lo que ocurre es que solo le gusta jugar».
A Rocío todavía le dura el susto navideño: «Me ha entrado un complejo de enferma que no es normal, me asusto en cuanto creo que vuelvo a tener un síntoma extraño. Esto es algo que se queda grabado para siempre, es una angustia tremenda».
Y nos confiesa que «me ha contado el doctor que, aunque mis síntomas podrían indicar que lo que me ocurrió fue un amago de angina de pecho, mi problema es debido a una alteración de una hormona que se denomina aldoestererona, por lo que aumenta la sal y el agua del cuerpo, y eso repercute en mi estado de ánimo. Claro que mucha culpa de mis males la tiene la pasión que pongo en mi trabajo. Es que me entrego completamente en mis actuaciones, y eso no puede ser. Deberé moderar mis impulsos a partir de ahora».
—Pero ¿ya pasó todo, te encuentras perfectamente?
—Ahora sí, y con este mes de vacaciones estaré mucho mejor.
—¿Eres de las que morirían trabajando en un escenario?
—No, prefiero morirme tranquilamente en la cama, indicando a todo el mundo lo que debe hacer en cuanto yo desaparezca.
—¿Cómo se ha portado tu marido cuando estuviste enferma?
—Pedro es el compañero ideal, es buenísimo. Todo el tiempo no se separó de mi lado, preocupándose por mí como nunca.
—¿A pesar de ello eres partidaria del divorcio si las cosas entre los dos llegaran a ir mal?
—Si el día de mañana nuestra situación cambia, soy totalmente partidaria del divorcio. No aguantaría ni un minuto si las cosas nos van mal.
—¿Y qué tratamiento estás siguiendo para recuperarte totalmente?
—Me han mandado muchas vitaminas, estabilizadores neurovegetativos y medicamentos antialdosterónicos. Y descanso, mucho descanso.
—El problema va a presentarse con el ajetreo de tus galas veraniegas...
—No haré galas en verano, si acaso dos o tres cosas que me gusten, pero nada más. Fíjate que no salí en fin de año en televisión por consejo de mi doctor, con las ganas que yo tenía de aparecer en ese «especial».
En Miami, Rocío estará junto a su marido, Pedro, pero la niña debe quedarse en Madrid para asistir a sus clases.