Desde que sus nietos, Rocío y David, nacieron, Rocío Jurado está encantada con su papel de abuela, y siempre que puede pasa la mayor parte del tiempo con ellos, en especial cuando sus padres viajan. Esto fue lo que sucedió días pasados cuando Rocío Carrasco y Antonio David tuvieron que irse de viaje (posteriormente coincidirían en Chipiona, donde están sacadas las fotos de las páginas anteriores), y dejaron a sus hijos al cuidado de su popular abuela. Pero resulta que la artista tenía que reunirse en Sevilla con su esposo, José Ortega Cano, quien había organizado, en un pueblo sevillano y con gran éxito, un festival taurino a beneficio de las víctimas del huracán «Mitch». Por otra parte, Rocío y José iban a celebrar en la capital hispalense su cuarto aniversario de boda, coincidiendo con un homenaje que el restaurante La Parrala de El Rastrillo había organizado al torero, donde el matrimonio tuvo una «camarera» de excepción: Gloria, hermana de Rocío, que estaba colaborando desinteresadamente en el citado mercadillo benéfico. Así que, Rocío decidió viajar desde Madrid con sus dos nietos.
«Rocío y David han tenido que irse de viaje y por eso los niños se quedarán unos días conmigo y con José en "Yerbabuena" —explicó Rocío— y muy probablemente nos reunamos todos en Chipiona, mi pueblo del alma. Tengo ganas de ver a mi Virgen de Regla para darle gracias a Dios por tener una familia tan estupenda como la que tengo».