El matrimonio Ortega Cano-Rocío Jurado coincidió en el AVE Sevilla-Madrid con Nati Abascal y el torero César Rincón. Incluso hasta tomaron una copa de champán para celebrar el reencuentro. Nati y César felicitaron personalmente al matrimonio, ya que hasta entonces no habían podido hacerlo, por no haber asistido a la boda.
Rocío viajaba a Madrid para terminarse de probar unos trajes de cara a su próximo espectáculo en el Calderón, y Ortega Cano tenía previsto hablar de algunos temas relacionados con la temporada taurina que ya ha iniciado. Los dos, enamoradísimos, como si aún no hubiera terminado su luna de miel, hablaron para ¡HOLA! mientras el AVE «volaba» por el Sur de España camino de la capital.
Rocío:
—Nos duele en el alma el día que nos separamos el uno del otro. Mi vida ha dado un giro tan hermoso que me siento como otra persona en mi forma de ser, y sobre todo, amando. José y yo recordamos muchos días en nuestra finca lo bonita que fue nuestra boda, y nos sentimos felices en nuestra ermita, donde se respira algo diferente.
José:
—Ahora llega el tiempo de entrenar en el campo, y a eso estoy dedicado por entero en nuestra finca, «Yerbabuena», pero ahora lo hago con más ilusión que nunca porque sé que en mi casa no me espera sólo Rocío, sino que me espera, además, mi esposa.
«Si Dios quiere, nuestro deseo es ser padres. Sería algo maravilloso.»
Y Rocío termina con una hermosa frase, digna del final de una de sus coplas:
—Sólo vivo para hacer feliz al hombre que me ha devuelto la felicidad.