Rocío Jurado ya era un valor seguro en el mundo de la copla cuando en 1975 decidió iniciar una nueva etapa en su carrera discográfica de la mano de la multinacional RCA, después de una década bajo la tutela musical del sello Columbia. Con este álbum, comenzó el verdadero despegue popular de una cantante que, a partir de entonces y hasta la actualidad, ha sabido imponer el profundo regusto flamenco de su voz en composiciones de corte pop creadas especialmente para ella por los más dispares e interesantes compositores.
Para las doce canciones de este primer LP de Rocío Jurado con RCA se contó con Alberto Bourbón, un cantautor que ya le había dado a la cantante de Chipiona un éxito tan importante como «Soy de España». Como arreglista se apostó por el efectivo César Gentili, habitual colaborador de Bourbón y de las más deslumbrantes estrellas del momento.
Rocío es un álbum histórico. Se trata del disco que inició la transición de la canción andaluza al pop de una de las mayores vendedoras de discos de la industria española e hispanoamericana de todos los tiempos, y cuyos trabajos conforman una carrera tan coherente como brillante. Una colección de canciones compuestas para el lucimiento de la voz privilegiada de la andaluza que tuvo el gran acierto de aprovecharse de su inagotable caudal de duende flamenco que brilla, de manera muy especial, en «Niña gitana», «Qué bonitos son mis pueblos» y «Querría...», títulos que se complementan a la perfección con el acento melódico de «Besos de ayer» o «¿Qué vas a hacer?», por ejemplo. Canciones compuestas para la poderosa y sugestiva voz de la cantante andaluza, aunque también hay temas ajenos que ella supo llevar a su terreno hasta convertirlos en intransferiblemente suyos: «Cuéntale» y «Brillo de lágrima».
Daniel Llorens VIDAL