Qué bonitos son mis pueblos

Yo te podría contar
tantas cosas sobre ellos,
pero sería mejor
que tú vinieras a verlos,
es imposible explicar
qué bonitos son mis pueblos.

Si te gusta mi cantar,
ya empiezas a quererlos,
porque lo que hago es contar
lo que aprendí en mis pueblos.

Cuando las mujeres van
con sus cántaros de agua,
los hombres las piropean
desde las tabernas blancas
con una alegre canción
que el vino arranca del alma.

Yo te podría contar
cómo suenan sus gargantas
cuando cantan al amor
entre guitarras y palmas,
pero sería mejor
que vinieras tú a escucharlas.

Cuando llama la campana,
van los viejos de la aldea,
los bancos se van llenando
y la Iglesia se despierta
con una humilde oración
que habla de lluvia y de huerta.

Yo te podría contar
las palabras que se inventan
cuando te hablan con pasión
de su raza y de su tierra,
pero sería mejor
que vinieras tú a creerlas.

Deja un poco tu rincón,
muévete y vente a verlos,
pon en guardia tu emoción
que mis pueblos son muy serios.