A la Virgen de Regla

I
Chipiona es un rayo de luz,
de luz del cielo.

De luz del cielo,
Chipiona es un rayo
de luz del cielo,
un cachito de gloria,
de gloria hecho en el suelo.

Hecho en el suelo,
pa la Virgen de Regla
es un sagrario,
ese trono bendito,
bendito del Santuario.

Del Santuario,
si entras a visitarlo
te purifica,
y el agua de la teja
te santifica.

II
El Paseo de Regla lleno...,
lleno de flores.

Lleno de flores,
el Paseo de Regla
lleno de flores,
se ilumina tu paso,
tu paso de resplandores.

De resplandores,
Chipiona te saca
sobre ese paso
hecho de rosas blancas,
muy blancas, clavel y nardo.

Clavel y nardo,
al balcón de mi casa
voy a esperarte,
como la voz del pueblo
para cantarte.

III
Cuando pisas las calles de Chi...,
de Chipiona.

De Chipiona,
cuando pisas las calles de Chipiona
se enloquece la gente,
la gente con tu persona.

Con tu persona,
porque este pueblo entero
te quiere tanto
que de salves y vivas,
y vivas, te hacen un manto.

Te hacen un manto,
te llevan en sus hombros
entre el gentío,
Chipiona contigo pierde el sentío.

IV
Hasta el Faro se inclina para...,
para mirarte.

Para mirarte,
hasta el Faro se inclina
para mirarte,
y las olas se empinan,
se empinan para besarte.

Para besarte,
hasta el viento se agita
cuando Tú sales,
y te envuelve el perfume,
perfume de los rosales.

De los rosales,
Chipiona es un cielo
hecho en la tierra,
con su Reina bendita,
Virgen de Regla.