Canción de cuna
(Basado en la «Berçeuse» de Johannes Brahms)
Érase una vez
un planeta pequeño
con su tierra, con su mar,
con su luna y con su sol.
Su color era azul
y su alma era verde
y giraba feliz, como un niño inocente.
Y vivía en su piel
un gigante ambicioso
que soñaba con crecer
todavía mucho más.
Y robaba el color
del planeta pequeño,
se bebía su luz,
se comía su cuerpo.
Y el gigante creció
hasta hacerse infinito,
y el planeta murió
cuando ya no pudo más.
Y en la noche se ve,
por el cielo que pasa,
a un gigante llorar
porque no tiene casa.
Por amor al amor,
por amor a la tierra,
duérmete ambición
y despierta corazón.
Que no escuches jamás,
por el cielo que pasa,
a un humano llorar
porque no tiene casa.
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