Te voy siguiendo

La belleza de mi cuerpo
la he tenío murmurá, —¡si será verdad!—
la he tenío murmurá.

Venían los mercaeres
queriéndomela comprar, —¡si será verdad!—
queriéndomela comprar.

Buscando amores de un día,
mi voluntad la perdí,
como barquilla en las olas,
vaivenes, vaivenes di.
¡Ay, Dios mío de mí!
¡Qué será de mí!

Prendía entre tus cabellos
llenándome tu mirar, —¡si será verdad!—
llenándome tu mirar.

Te voy siguiendo y siguiendo
sin volver la cara atrás, —¡si será verdad!—
sin volver la cara atrás.

Mis niños vendrán conmigo,
iremos detrás de ti,
y siguiendo tu camino
serán lo que yo no fui.
¡Ay, Dios mío de mí!
¡Qué será de mí!

¡Ay, ay, ay!
¡Ay, ay, ay!