Aplauso a usted, Señora

por Lydia González

Rocío Jurado es apasionada; posee un instrumento vocal que maneja a su antojo; instrumento con el que vibra, llora, ríe, susurra y gime.
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Rocío Jurado es apasionada; posee un instrumento vocal que maneja a su antojo; instrumento con el que vibra, llora, ríe, susurra y gime.

Apasionada, poseedora de un instrumento vocal que la maneja a su antojo… lo hace vibrar, llorar, reír, susurrar, gemir… lo matiza con toda la gama de colores que distinguen su estilo… teatral, porque dramatiza cada frase, cada nota, pero lo hace con una espontaneidad y convicción que no deja dudas de ser genuina.

Españolisima, pues jamás se aparta de sus raíces… lleva a su patria con ella y cada una de sus presentaciones es un regalo de su ser y su patria al público que acude a sus conciertos: (+++)signo, dedos cruzados frente a los labios en señal de juramento: ¡Jurado está!, es Rocío, la tonadillera de España, quien el viernes en la noche, en la Sala de Festivales del Centro de Bellas Luis A. Ferré sentó cátedra de lo que debe ser un intérprete.

Para añadir leña a su fogoza personalidad, la señora Jurado está enamorada y lo grita desde lo más recóndito de su ser; hasta su repertorio es nuevo. Da la impresión que le cuesta trabajo cantar al enojo y la rabia con los hombres, aunque a petición del público cantó «Ese hombre»… «un gran necio, un estúpido, engreído...» la hizo con la vehemencia que la caracteriza, pero otras letras también, «muy bien a lo Jurado», le quedan mejor en estos momentos: «...como si fuera un huracán/como mi única verdad/tu amor es asi de “Inmenso”», una de sus interpretaciones más aplaudidas… repitiendo partes de la canción dos veces; cada una diferente, electrificada y electrificando con su fuego a los presentes, ¡Ovaciones de pie!

«Como alas al viento» fue su primera interpretación en la que sobresalió un solo de guitarra. Su reencuentro con el público del que había estado ausente por cuatro años fue emotiva. Dio gracias a dios por haberle premiado «y me ha vuelto a traer con ustedes, mi gente, la riqueza de mi vida», «Palabra de honor» es el título del último disco de Rocío Jurado. De éste, interpreta el numero «Amigo amor» a dúo con René Ferrer, cantante boricua, miembro del coro junto a Janirah Torres. Este corte en el disco fue hecho con José Luis Rodríguez. En un gesto de compañerismo y reconocimiento al talento local, la señora Jurado le dio la oportunidad a René para cantar con ella. Este fue otro de los momentos culminantes de la fiesta que nos ofreció la cantante española, quien señaló reconocer el talento del joven y su arrojo al atreverse interpretar un número grabado por Rodríguez. «¿Por qué no, si tiene talento?» y les quedo tan bien que tuvieron que repetirlo.

Rocío disfrutó su nuevo tema «Ojos negros», ¡Cómo le encantan esos ojos!, aquí de nuevo una repetición… y un gritito pícaro. Aquí se destacó la guitarra de Enrique de Melchor. Todos los diez músicos que acompañaron a la «Tonadillera Española» son profesores del Conservatorio y músicos de la Orquesta Nacional. Estos fueron dirigidos acertadamente por el maestro Manuel Gal, pianista. Los palmeros Antonio Santaella y Curro Amaya residen aquí.

«Vibro» fue otro de los temas nuevos que trajo Rocío. A este le siguió «Inmenso», «Como una ola» y «Como yo te amo» fueron ovacionados por el público de pie. La respuesta de la cantante en juego de palabras fue: «Nadie los ama como yo, Jurado». «Déjala correr» tuvo como acompañamiento, guitarra, flauta, batería. El solo de percusión fue sobresaliente.

Mientra la cantante se cambiaba el vestuario el guitarrista Enrique de Melchor hizo unos solo de guitarra brillantes. La gente no tuvo la cortesía de quedarse en sus asientos para escucharlo. Aprovecharon el tiempo para ir a la barra y caminar por los pasillos, interrumpiendo la atención de los asistentes que sí querían oír a este destacado guitarrista. Cuando regresaron a sus asientos pasaban frente al foso, sin tan siquiera respetar la presencia de un artista en el escenario. Lo mismo sucedió cuando la Orquesta tocó un intervención de unos breves minutos.

Vale la pena preguntar cuando se van a imponer estrictas reglas para que una vez un espectáculo haya comenzado no se vea interrumpido por las interminables entradas y salidas, ni se diga de los que llegan tarde, faltándole el respeto al artista y al público que sí va a disfrutar de la actividad.

Aprovechamos la oportunidad para contestar a los que comentaban que «nosotros no venimos a Bellas Artes a oír a “la Jurado” entonar seguidillas, fandangos y pasodobles», que cuando nuestros artistas visitan la Madre Patria o a cualquier otro país, no van a cantar la música del país anfitrión. Llevan los ritmos caribeños. ¿Por qué se está bailando la salsa en Europa? ¿Quién la llevó allí?

Un «medley» de canciones flamencas «Cantaora», «Viva el pasodoble» fue incluido en el programa. Antes de concluir el programa los temas obligados y preferidos de la concurrencia, «Señora», «Madre», terminado con «Punto de partida».

El fandango del «Descubrimiento», de Enrique de Melchor, no fue el número de cierre, pero su mensaje de solidaridad con nuestra gente dicho con mucho respeto, con mucho amor, sin comentarios políticos «quiero libertad para América y patria libre para Puerto Rico», afirmando la señora Jurado la letra de la canción con un «¡Sí, señor!... deseo lo mejor para ustedes paz, trabajo, y...», y no dejó dudas de su afecto y mejores deseos para nuestro pueblo.

¡Jurado está, Rocío es la reina de la canción popular española; su mejor embajadora! ¡Aplauso a usted, señora!

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